«Desde el punto de vista de la dirección de obras, del Building Information Modelling lo más importante es la información»
Rafael Capdevila dirige el posgrado BIM Manager en el Col·legi d’Aparelladors, Arquitectes Tècnics i Enginyers d’Edificació de Barcelona. Trabaja en el ámbito de la arquitectura y la construcción desde el año 1996. Se encarga de la dirección facultativa y la dirección de ejecución de obras, siguiendo la metodología BIM. Se ha especializado en el liderazgo de equipos de grandes proyectos arquitectónicos, en equipos nacionales y plurinacionales, y participa en diferentes procesos en el ámbito de la gestión y desarrollo urbanístico. Es cofundador, con Jaume Bardají Joval, de la sociedad Bardají-Capdevila Management Barcelona, S.L. Actualmente, desarrolla tareas de Team Leader dentro de la estructura de la sociedad Técnicos G3, SLP.
¿Cuál es tu impresión sobre la situación de la implantación del BIM en Catalunya y España?
Estamos en una fase inicial, se está empezando a trabajar, pero hay una visión demasiado focalizada en la redacción de proyectos, y hay todo un ámbito, que es la obra y la gestión futura del patrimonio ejecutado, que está olvidada. El hándicap es que sí se funciona bien para hacer proyectos, pero como la mentalidad de quien los redacta no va más allá de imprimir unos planos, se está perdiendo entre un 70 y un 80% del potencial de trabajar con BIM. Se deberían hacer más acciones, pues, para focalizar el BIM más allá del proyecto. Nos encontramos en este punto, y poco a poco parece que se van moviendo cosas, también a nivel institucional.
¿Por qué cuesta que el BIM se aplique en la fase de ejecución?
Desde el punto de vista de quienes nos movemos en la dirección de obras, del BIM, del Building Information Modelling, lo más importante es la «I», la información. Hay poco cuidado en la información paramétrica, la que se introduce en los modelos; en cambio, se pone más énfasis en la generación de planos, pero no todo son planos, sino que hay otra información necesaria, como pliegos de condiciones y especificaciones técnicas, a la que no se presta atención. Además, no hay unos estándares claros con los que poder comunicarnos, teniendo en cuenta que nos movemos en un entorno digital, con gran cantidad de datos para gestionar. Falta conciencia sobre la necesidad de gestionar los datos y que hay que hacerlo de manera transparente. En una obra intervienen muchos profesionales, que necesitan poder acceder a todos los datos, de forma inteligible, para desarrollar su tarea. No podemos perder de vista que el mundo digital es infinito, y, por tanto, es muy fácil perderse.
¿Y cómo se soluciona esto? Porque en el entorno BIM la coordinación es básica…
Creo que mucha gente no es consciente de lo que significa trabajar con BIM. La mayoría te dirá que es hacer planos en 3D, pero no piensa en toda la gestión de datos que hay detrás ni en el trabajo colaborativo. No lo ven como una metodología, sino como una herramienta. La raíz del problema se encuentra en cómo se ha informado sobre el BIM; a menudo se ha reducido a una herramienta de software. Incluso muchos estudiantes confunden el conocimiento en BIM con haber hecho un cursillo de Revit. Obviamente, Revit es una herramienta, pero no es la metodología. El BIM permite hacer una simulación de la obra que ejecutaremos; por tanto, lo más importante son los datos con los que trabajamos.
¿Un evento como el European BIM Summit en que puede influir para mejorar la situación?
Hasta ahora ha estado muy bien porque nos encontrábamos en una fase inicial y, por tanto, había que crear conciencia sobre la metodología BIM. Sin embargo, no hemos pasado del formato de presentación. Lo hemos dado a conocer, y esto ha ido muy bien, pero tenemos que hacer el paso a que sea una verdadera cumbre. Necesitamos feedback. El BIM Summit debe ser una herramienta de generación de conocimiento para intercambiar experiencias, teniendo en cuenta que en cada territorio hay una manera de hacer diferente.
Tú diriges obras que se ejecutan siguiendo la metodología BIM. ¿Cómo lo haces?
Los proyectos no suelen estar preparados para ejecutarse con el método BIM, por lo que me toca readaptarlos en algo construible. Esto implica trinchar el modelo tridimensional que me llega para transformarlo en un modelo tipo IKEA, que me permita generar parámetros, y en el que cada pieza encaje con otra. El problema es que en España seguimos un proceso lineal a la hora de construir un edificio. Cómo lo montamos, no depende sólo del arquitecto, sino que la constructora y su logística tiene mucho que decir. Los redactores del proyecto difícilmente tienen el conocimiento con el detalle necesario de cómo se construirá lo que han diseñado, cuando la constructora intervenga, y por tanto no lo pueden tener en cuenta en sus proyectos. Esto se decide en el momento de inicio de la obra, lo que tiene una implicación de coste bestial: estamos ofertando las obras y los presupuestos sin saber ni cómo las haremos. El grado de incertidumbre, pues, es enorme, lo que, más que colaboración entre todos los profesionales implicados, genera competencia. Sin un modelo preconstruido, es imposible prever los problemas. Por otra parte, cada vez me encuentro con más promotoras que me piden comenzar a intervenir no al inicio de la obra sino al inicio de la redacción del proyecto ejecutivo. Es un paso en la buena línea.
¿Y qué pasa con la fase de mantenimiento, una vez que la obra ha finalizado?
Mantener los edificios a lo largo de su vida útil cuesta mucho dinero, mucho más que la ejecución del proyecto, pero esta visión a largo plazo la tiene muy poca gente. Es muy complicado conseguir que una constructora se implique en la gestión del patrimonio. Buena parte de la dificultad se encuentra en la gestión de la información que genera la obra; es un problema de informática pura y dura.
¿Es muy importante la implicación de las administraciones para cambiar el modelo constructivo?
Sí. Son el motor del cambio. O se hace por imposición legal, o nadie mueve un dedo. Desde que en septiembre de 2017 Infraestructuras de la Generalitat hizo obligatorio el uso del BIM, se ha producido una revolución, tanto a nivel público como privado. Todo el mundo pide BIM porque la administración lo pide. Otra cosa es que, como hemos comentado, no tengan claro qué implica, pero el cambio debe empezar por algún sitio. La implicación de la administración es importante para catalizar la implantación de esta metodología; para establecer criterios de trabajo que lleven a la estandarización; y para que todo el mundo en el sector se ponga las pilas. Hay hándicaps como la Ley de Ordenación de la Edificación (LOE), que es decimonónica, o la Ley de contratos del Estado, que está en las antípodas de lo que es trabajar con metodología BIM. Son obstáculos muy importantes para poder trabajar de manera colaborativa.
El European BIM Summit es posible gracias a la contribución de nuestros patrocinadores: Roca, como Main sponsor; Finalcad, como Gold sponsor; Agència Catalana de l’Aigua, ATL, Bentley, CIAT, FGC, Knauf Industries, MUSAAT, PREMAAT, Graphisoft Archicad y SIMBIM Solutions, como Silver sponsors; Calaf Constructora, Copisa, y Fundación Laboral de la Construcción, como Pro sponsors; y BASF, como Sustainability sponsor. Además, cuenta con el apoyo y la colaboración del Departament de Territori i Sostenibilitat de la Generalitat de Catalunya.